Antes de las vacaciones, una brizna de esperanza

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Una nueva reunión con la ICUB -Institut de Cultura de Barcelona-, el 31 de julio de 2017

Por parte del ICUB, Xavier Marcè, asesor de presidencia y Valentí Oviedo, gerente Institut de Cultura de Barcelona, y en representación del Col·legi Oficial de Disseny Gràfic de Catalunya, Francesc Morera, secretario i Jesús Del Hoyo, decano.

Cambian las personas, pero no los cargos ni nuestro discurso… Cómo es habitual se quedan sorprendidos de nuestra existencia –la del Colegio, está claro– y de la realidad que vamos exponiendo en la conversación. ¡Una realidad muy lejos del panorama idílico que proclama y proyecta una firme, dulce y estable relación entre Barcelona y el Diseño -gráfico!, ¡también-…, y que no es así!

Seguimos viviendo de una comunicación de marca –Diseño Barcelona– sin un claro y específico contenido de “producto”, de modelo, de estructura, de…, de una realidad donde se perpetúa y se apoya al statu quo de la excelsa y adorada minoría que prevalece sobre el inmenso capital de una gran cantidad de profesionales que se debaten entre un “apenas subsistir” o uno “ya abandonar” esta actividad por más que, finalmente, el cambio de paradigma sea cierto y la disciplina esté reglada y regulada.

Y todo porque esta realidad que pone las bases de la industria real e imbricada en la sociedad de un diseño gráfico útil para todo el mundo, y no sólo de autor, no se acepta, entiende, respeta, potencia ni se proyecta…, de entrada desde la misma administración que todavía da amparo, por la fuerza de la costumbre o de no se sabe bien qué tradiciones, una visión sesgada e interesada de instituciones privadas frente aquellas que, como nosotros –el Colegio Oficial de Diseño Gráfico de Cataluña– y ellos mismos –las administraciones– respondemos, como entidades de derecho público, al conjunto de la ciudadanía y no a los intereses –tal vez legítimos– de sus “propietarios / patrones / socios / …”.

Cómo siempre, hablamos claramente y de manera amplía; el tiempo se aprovechó al máximo y se nos quedó corto, pero en más de una hora se apuntaron las problemáticas contractuales, la legitimación profesional, las obligaciones profesionales, las formas de los concursos, la función de asesoría del Colegio hacia la administración, la legalidad y la legitimidad de los encargos, las formas de organizar y encajar la profesión, sus actividades y la docencia que existe… las formas y requisitos de contratación desde la administración y de los carteles de la Mercè y otros hitos relevantes de la ciudad… que malentienden la participación ciudadana y promueven una visión de frivolidad enfrentada a la profesionalidad de nuestra disciplina –el diseño gráfico, la disciplina de la comunicación visual–…

Por supuesto expusimos como legítima nuestra aspiración hacía el Borsí tanto como lo es de incomprensible, desde cualquier perspectiva, nuestra exclusión del dHub. Resultado de la ausencia de unas políticas de diseño que no se fundamentan en los profesionales ni los usuarios…

Planteamos la necesidad de ayuda y apoyo a los proyectos que desarrollamos –publicaciones, jornadas, premios proyectos fin de grado, congresos, festivales, talleres, cursos, exposiciones…– y en los que no recibimos ni un euro de dinero público que nos iría muy bien para, lógicamente, impulsarlos…

Una conversación amistosa, argumentada y amena que fue de una sala de reuniones al ascensor y acabó delante de un taxi –es cierto, ¡no había más tiempo!, otros compromisos obligan… – pero que concluye con un reconocimiento explícito de que la pelota está a su tejado y de que es la primera otras reuniones que continuarán, ciertamente, en septiembre…

¿Percibimos cambios? Sí, y seguimos…

Fecha: 03/08/2017
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